10/20/2006

Viaje al centro de la mente. Dia 1

Ver salir el sol es una sensación siempre desconcertante. Si te acabas de levantar, crees que todavía queda mucho día por delante. Por el contrario, si estás a punto de acostarte, la noche ha podido ser algo inolvidable.

Ese día el avión salía a media mañana. Mike tenía suficiente tiempo para hacer unos recados e ir al aeropuerto. Todo hubiera sido más sencillo sin el penetrante martillo hidráulico que desquebrajaba sus sienes a cada latido.

Mientras caminaba por las calles de Madrid, en busca de una ferretería donde comprar un candado para la maleta, recapacitaba en la idea de que siempre que algún acontecimiento de gran envergadura se acercaba, la tenía que cagar. ¿Cómo? Pues poniéndose pedo el día antes, teniendo una enorme resaca y quemando, antes de tiempo, todas las energías. El café que se acababa de tomar no le estaba sentando nada bien a su estómago. Después de lo de ayer, parece que estuviera de penitencia. ¿Quién coño inventó el nescafé? Peor aún ¿quién dice que está bueno?

Con el candado en la mano, de vuelta a su queo, la cuantiosa dosis de cafeína ingerida parece tomar el control de la autoestima y lleva a Mike por caminos de inusitada euforia. Orgulloso del ínfimo volumen conseguido para su maleta de fin de semana, emprende el camino a lo que se supone va a ser el mejor viaje de su vida. En el metro, mientras suena Mr Brightside de los Killers, un sentimiento de añoranza hace que su piel se ponga de gallina. Rápidamente se olvida y la fantasía del empanamiento metril hace que Mike sueñe con encontrarse con Kate, la de Perdidos, semidesnuda y desmayada en una roca. Por su puesto, después de haber estrellado el avión, hacerse colega de Chalie y ponerse de jaco hasta las cejas. Lo malo es que no hay ninguna isla del pacífico sur entre Madrid y Ámsterdam, pero que más da. Sería guay, piensa, con una sonrisa bobalicona que hace que la chica que tiene enfrente se fije en él en plan ¿Qué coño miras pringao? La chica borde se ha subido en Colombia. Tiene una maleta de fin de semana, como la suya, pero más grande, lo que hace sentirse mejor al pobre Mike.

Chek in.

Espera

Despegue

Sobe

Música

Maleta

Tren a Centraal Station.

Empieza lo bueno.

10/11/2006

Viaje al centro de la mente. 1 day left

¿Qué mejor sitio para la redirección personal que Ámsterdam? Eso es lo que se preguntaba mientras que la unión perfecta entre los cuadros blancos y negros del estampado de sus zapatillas y el alcohol hiciera que mantener el equilibrio fuera una proeza sólo al alcance de Burt Lancaster o Nick Cravat.

Ámsterdam. Todo un símbolo de libertad. Todo un emblema del calvinismo más radical. Pero algo tiene, como un tan-tan en medio de la selva que mueve los cuerpos al ritmo de latidos de corazón. A todos nos atrapa tarde o temprano, como un pequeño roedor que acude al cálido aroma del queso semicurado. Puede que sea eso, ese lugar paradigmático donde te pueden mirar mal por hacer algo que no gusta a algunos, pero que respetan que hagas. Puede ser eso.

El ruido agudo y estridente de la goma de unas michelín contra el húmedo alquitrán de la avenida retumba en su cabeza. La mirada desconcertante del conductor contrasta con la expresión desinhibida de Mike, que respira calmadamente mientras apoya sus dos manos contra la chapa del morro del vehículo. Un instante después, algo parecido a zumo de naranja, pero más pálido sale de su boca con gran esfuerzo, aunque sin una clara potencia. Con la bilis se acabó la noche. Mañana será otro día, mañana saldrá el avión.